La misteriosa muerte de «Kiki» Herrera Calles, primera esposa del cantante José José…

 

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Mujer refinada y de la más alta alcurnia, su amor por un hombre 20 años menor que ella la llevó a vivir una borrasca de pasión y una trágica muerte.

La noche del viernes 18 de noviembre de 1983, Natalia Herrera Calles, más conocida por el apodo de ‘ Kiki’, se presentó a cantar en El Señorial, un bar en la colonia Juárez. En ese momento, tenía 54 años de edad, y aunque era hija de una de las familias más ricas de México -su abuelo materno era nada menos que el ex-presidente Plutarco Elías Calles-, solía frecuentar peñas y centros nocturnos en los que cantaba boleros y canciones románticas, acompañada de un piano y guitarra. No era una gran cantante (ella misma sería la primera en decir esto), ni se presentaba por dinero -no cobraba por sus presentaciones y las ganancias se repartían entre sus músicos- pero su carisma la hacía cercana a la gente y en el ambiente conocido como ‘La Bohemia’ era una figura que caía bien, entonando los maestros Armando Manzanero y Agustín Lara o al maestro Roberto Cantoral, entre las mesas donde se alzaba el humo de los cigarrillos, se oía el chocar de las copas y los hielos.

Con sentimiento, solía interpretar los mismos temas que hicieron un ídolo del príncipe de la canción, José José, de quien había estado locamente enamorada y con quien vivió dos años y medio de un matrimonio intenso, apasionado y de muy mal final. Esa noche, ‘Kiki’ había interpretado su repertorio -‘ Voy a apagar la luz’, ‘ Al final’, ‘ No’, y una versión de ‘ El Triste’, que era la canción que más fama había dado a su exmarido y que él cantó la noche que se conocieron- y luego había convivido con algunos de los presentes, tomando copas y bromeando hasta la madrugada. Poco después de la una de la mañana del sábado, ‘Kikis’ abordó su automóvil Grand Marquis color negro, modelo 1981 y enfiló por Paseo de la Reforma hacia la zona residencial de Lomas de Chapultepec. No imaginaba que, al despedirse de sus amigos en el Señorial, era la última vez que alguien la vería con vida.

Pobre niña rica.

Natalia Herrera Calles nació en ciudad de México en 1928 (algunas fuentes citan 1927, 1931 o 32) en el seno de una de las familias de más rancio abolengo en el país. Su madre era Natalia Calles Chacón, hija mayor del expresidente Plutarco Elías Calles (1877-1945) y su primera esposa, Natalia Chacón Amarillas (1879-1927). Su padre era Carlos Herrera, un poderoso empresario, heredero de una gran fortuna familiar.

El abuelo de ‘Kiki’ fungió como primer mandatario de 1924 a 1928 y en muchas versiones, se cuenta que su nieta nació en el Castillo de Chapultepec, que en aquél entonces era la residencia presidencial. Si bien no ha habido modo de comprobar esto, fue uno de los muchos mitos que Natalia tejió en torno a sí misma para darse un aura de glamour.

El cantante José José no solo es conocido por su gran voz y por sus éxitos, también por sus tres matrimonios, que a lo largo de su carrera le han dejado uno que otro escándalo.

Lo cierto fue que, cuando ella era niña y adolescente, era una de las nietas favoritas del poderoso presidente, que en su fiesta de quince años le regaló un automóvil Lincoln último modelo y un collar de diamantes. Esto fue lo que, según relataría su amigo el periodista Ramón de Flórez -hijo de la primera actriz Marilú Elízaga -, haría de ‘Kiki’ una figura única en la escena social mexicana: por un lado, era esta muchacha que parecía tenerlo todo (la mejor educación, ropa de última moda, viajes) y por otra parte una joven intrépida, que lo mismo fumaba en público, manejaba su propio coche y desafiaba las convenciones sociales.

En un extenso perfil sobre Natalia que escribió para el diario ‘ Ovaciones’, de Flórez, que fue su amigo personal, recordó que en 1949, ‘Kiki’ fue coronada Reina del legendario Baile Blanco y Negro organizado anualmente por el Country Club de Churubusco, donde en otra ocasión triunfó a su vez la mítica Miroslava Stern. También que causó furor por saber jugar billar y pókar como los hombres, en lugar de ser como otras señoritas de sociedad que simplemente aprendían a llevar una casa, o a tocar piano o pintar y esperaban la llegada del hombre con quien debía casarse.

En 1970 nos enamoramos de José Rómulo Sosa Ortíz, un joven que hacía historia porque parecía no esforzarse para cantar algo que a cualquiera le desgarraría la garganta. La canción era ‘El Triste’, una composición de Roberto Cantoral que escribió durante un vuelo de regreso a México para asistir al funeral de su hermano y que, siempre afirmó, el único que podría cantarla era José José. Ahí comenzó su historia.

En 1950, Natalia se casó con «un muchacho de buen ver y adinerado de la comunidad española», según de Flórez. Sin embargo a pesar de procrear tres hijos, la unión no funcionó, se divorciaron a fines de la década y ‘Kiki’ se instaló junto con sus hijos en un ‘cottage’ en el vasto jardín de la mansión familiar con sus padres, don Carlos y doña Natalia. Escribe de Flórez: «En esa época no se acostumbraba que la gente ‘bien’ se divorciara y fue un escándalo, pero a ‘Kiki’ no le importó. Ella era muy inteligente y muy inquieta. Siempre quería hacer cosas diferentes y se metió a estudiar teatro, porque quería ser actriz. Tenía 30 años y mucha gente no la tomó en serio, pero ella no se dejaba de nadie.

Sus padres la ayudaron a criar a sus hijos y ‘Kiki’ empezó a trabajar en teleteatros producidos por Ernesto Alonso y debutó en cine en ‘Juego de mentiras’, un controvertido largometraje del director Archibaldo Burns, con un guión de Elena Garro (aunque la película se filmó en 1967, no se estrenó sino hasta 1974 con el amarillista título ‘ La venganza de la criada’, cuando ‘Kiki’ estaba en el reflector por su escándalo marital). También cantaba, de manera amateur, en fiestas y reuniones a las que siempre iba invitada. Cuenta de Flórez: «La ‘Kiki’ salía mucho, asistía a las fiestas más elegantes y era cortejada por los mejores partidos de México. Era divertida, le caía bien a todo el mundo por sus ocurrencias y sus gracias, entre las cuales estaba cantar. Todo ello evidentemente le traía envidias y celos de parte de muchas chicas de sociedad que no tenían ni el carisma, ni el saber estar de la Kiki.Tuvo sus romances pero a pesar de la insistencia de sus galanes más afamados no quiso volverse a casar. También era admirada, querida y requerida en Peñas y Clubs distinguidos de hombres solos donde la presencia de la mujer no estaba permitida. Sin embargo la regla tenía su excepción y esta era ella, que entraba donde fuera y era bien recibida por todos».

Fue precisamente en una de esas salidas, al célebre centro nocturno ‘El Patio’, localizado en la calle de Atenas en la colonia Juárez, de la ciudad de México, en la primavera de 1970, que ‘Kiki’ conoció a José Rómulo Sosa, mejor conocido por ‘José José’ y la atracción entre ambos fue instantánea. El joven cantante acababa de obtener el tercer lugar en el festival de la Canción Latina (que años después se conocería como Festival OTI) con una magistral interpretación del tema ‘El Triste’ de Roberto Cantoral y aunque no ganó el festival (ese año se hizo del primer lugar la venezolana Mirla Castellanos), el joven de 22 años se catapultó a la fama. Entre él y ‘Kiki’ se dio una relación rápida e intensa. Él era tímido, sencillo, crecido en Clavería, una colonia de clase media, y había pasado penurias para alcanzar su sueño.

‘Kiki’ fue muy criticada por su noviazgo con José, por múltiples razones, la primera -naturalmente- dera la diferencia de edades, y también de clase social. Las amistades de Natala Herrera Calles no estaban dispuestas a alternar con un muchacho que, aunque con notable talento artístico, no tenía el roce social ni la educación que tenían los integrantes del círculo cercano a ella. Recuerda de Flórez: «Aquel joven tímido, sencillo y humilde empezó a beber en exceso para poder asimilar su éxito arrollador. José José se rodeó de una partida de pillos y gorrones que le festejaban todo, le adulaban el ego y fomentaban sus parrandas, vicios y borracheras».

Aquí es donde se abren dos vertientes de la misma hstoria: lo que ocurrió a partir del día de su boda civil, celebrada en febrero de 1971. En versiones contadas por parte de él, como son la película ‘ Gavilán o Paloma’ (Filmada hasta 1984, después de la muerte de ‘Kiki’, y en la que ella es interpretada por la actriz y vedette cubana Gina Romand), el libro ‘Este soy yo’ (de 2008) o la miniserie biográfica, la mujer es mostrada como una persona calculadora, sin sentimientos e irresponsable, que ‘corrompe’ al cantante, llevándolo por un rumbo de drogadicción y alcoholismo. En la serie – donde ‘Kiki’ es representada por la actriz Itatí Cantoral-, incluso se muestra que ella se vale de rituales vudú y otras artes negras para ‘amarrar’ a José, algo que él afirma también en el libro de su autoría, en el que se muestra como pelele de las maquinaciones de una mujer mayor.

Aunque ya había grabado dos discos como Pepe Sosa, es hasta 1969 cuando José Rómulo Sosa Ortiz recibe su primera oportunidad discográfica con RCA Víctor y decide adoptar el nombre de José José, en honor a su padre recién fallecido.

Por su parte, Ramón de Flórez, que fue confidente de ‘Kiki’ hasta el fin de sus días da una versión distinta de los hechos: «a los promotores del nuevo monstruo de la canción al cual vislumbraban ya como una futura fábrica para ganar billetes, no les convenía la injerencia en su vida, de una mujer elegante, inteligente y preparada» y añade, al respecto de las representación de ‘Kiki’ en la película biográfica: «Tuve la desagradable impresión que esta cinta llevaba al espectador a sentir o llegar a la conclusión de que todos los males, problemas y enfermedades de este estupendo cantante y que afectaron tanto su carrera, fueron originados por haberse casado con una mujer mundana que lo enredó con sus encantos fomentándole además las parrandas y todo lo demás. Francamente me sorprendió y hasta me indigné con el mensaje de la película, tan desapegado a la verdad. Pienso que tanto José José como Natalia Herrera Calles nunca debieron casarse; pertenecían a mundos diferentes difíciles de compaginar y el flechazo que los llevó al matrimonio fue una gran equivocación. La cinta de Carlos Amador buscó un sensacionalismo y sentimentalismo baratos, y en aras de una rentabilidad fácil convirtió a José José en pobre víctima de una mujer fatal. Siento además que esta importante figura de la canción romántica, hizo mal en prestarse a dar una apreciación totalmente diferente a la realidad y destrozar con ello la imagen de una señora que se enamoró y se casó con él».

Lo cierto es que la relación tuvo desavenencias casi desde el primer momento; José salió de casa de sus padres para mudarse con ‘Kikis’ a su casita del jardín, siendo todavía un muchacho de recursos limitados. El estilo de vida de su mujer era algo a lo que np estaba acostumbrado y comenzaron a tener problemas casi desde el principio. Las grescas entre ambos pronto pasaron de lo privado a lo público y las amistades de ambos pronto hicieron correr la noticia como reguero de pólvora: el matrimonio entre ambos se estaba convirtiendo en un infierno; por un lado, la carrera de José iba en ascenso y cada vez tenía menos tiempo para su esposa, cuyas conexiones le habían servido en un momento decisivo, pero ahora ni siquiera se molestaba en reconocerla. Por otra parte, ‘ Kiki’ era descrita por algunas personas como una persona vengativa, extremadamente celosa y violenta. Nadie más que ella y él saben realmente qué transpiró durante los 18 meses que vivieron juntos.

En una entrevista con la revista ‘ Selecciones’, fechada en 2006, José José relató lo siguiente: » Yo era un muchachito y ella una mujer más grande, preciosa. Me enamoré de ella y yo creo que ella de mí, a pesar de la diferencia de edades y la negativa de su familia. Tenía hijos de 17, 18 años. ¡Imagínate!, yo tenía 23. Nos casamos, no resultó y surgieron los problemas emocionales, porque es horrible que una persona que quieres tanto, se convierta en tu peor enemigo. Eso no lo había vivido».

A principios de 1973, conforme José bebía más y más, la relación se deterioró totalmente. En ese momento, se separó de ‘Kiki’ y retomó la relación que tenía anteriormente con la exreina de belleza Anel Noreña, dejándola embarazada de su hijo mayor, José Joel. Esto, a mediados de la década de 1970 resultó ser todo un escándalo, porque aún estaba casado con Natalia, quien después de una larga y engorrosa batalla en medios y en las cortes, le concedió el divorcio en 1975. El precio que pagó ‘Kiki’ por esta separación, fue que mucha de la buena sociedad la despreció. Mientras José ya era un valor a la alza, ella se tuvo que conformar con una imagen deteriorada y largos periodos de soledad.

La inminencia de la catástrofe.

Para llegar a su casa en las Lomas de Chapultepec, cuando salía de cantar en clubes y peñas, ‘Kiki’ tenía que conducir por Paseo de la Reforma, subir a la exclusiva zona a través del puente de la Fuente de Petróleos, como se conoce al monumento conmemorativo a la expropiación petrolera de 1938, y dar vuelta en un cruce ferroviario, para salir al lugar donde se ubicaba la mansión familiar.

‘Kiki’ nunca llegó a casa y es un misterio saber lo que realmente sucedió: todo parece indicar que su auto quedó atorado en el cruce de vías. El tren carguero que ese momento llegaba, pitaba estruendosamente. Se especuló que ‘Kiki’, presa del pánico irracional, se bajó de su vehículo intentando salvarse. Pero el tacón de uno de sus zapatos quedó prendido en la vía y el tren la arrolló haciéndola pedazos de manera brutal, salvaje.

La noticia de su muerte causó conmoción, al salpicar con sangre de nota roja las páginas de farándula y sociedad. José José no quiso hacer comentarios públicos, aunque trascendió que su entonces esposa, Anel (de quien se divorció en 1990) en un evento social hizo un comentario desafortunado acerca del deceso (el chisme de la época fue que presuntamente dijo «Gracias a dios se murió esa mujer»), mismo que fue reproducido en columnas de chismes. Ernesto Alonso, quien le había seguido dando trabajo a ‘Kiki’ como actriz en telenovelas, no porque necesitara el dinero, sino para ayudarla a salir de la depresión en la que se hundió después del divorcio, fue quien salió en su defensa, señalando en una declaración al periódico El Universal, en aquella época que, más allá de toda habladuría, Natalia Herrera Calles había sido una dama muy fina y que su muerte era una tragedia para sus hijos. Años después, en 1988, el productor Valentín Pimstein se llevó numerosas críticas y reproches cuando en el capítulo final de su telenovela ‘Rosa Salvaje’, el personaje de la villana ‘ Leonela Bustamante’, interpretado por Felicia Mercado, que había hecho ver su suerte a la heroína interpretada por Verónica Castro, moría de una manera exactamente igual.

No obstante, las circunstancias de la muerte de ‘Kiki’ provocaron muchas dudas: el ostensible accidente se pudo haber evitado. El auto no sufrió mayores daños, pero el cuerpo estaba completamente mutilado en los rieles. ¿Por qué? Las especulaciones dieron pie a una investigación periodística que planteó preguntas al respecto, pero no llegó a fructificar con respuestas.

En un artículo publicado en la revista ‘ Proceso’, el 26 de noviembre de 1983, el periodista Carlos Marín escribió: «Los intereses millonarios apuntan que la muerte de Natalia ‘Kiki’ Herrera Calles, podría estar conectada hacia el cambio de uso de suelo que el Departamento del Distrito Federal, por decreto del ex titular Carlos Hank González, aplicó a las Lomas de Chapultepec [en el año 1981] con el fin de permitir la construcción de condominios, oficinas y comercios, y mediante el cual han comenzado a levantarse edificios que atentan contra los derechos de los habitantes de esa zona residencial. Para ‘Kiki’ Herrera Calles, una de las más decididas opositoras del cambio de uso de suelo, este solo sería válido si las construcciones fueran del Infonavit o alguna otra institución de proyección social y no, como en realidad ocurre, para beneficio de nuevos millonarios… y el “extraño accidente” de la señora Herrera Calles ocurrió a dos calles de la casa de la actriz: su automóvil fue arrollado por un tren y quedó casi intacto, pero el cuerpo de ‘Kiki’, destrozado, apareció debajo de la máquina, lo cual es algo inexplicable».

Los restos mortales de ‘ Kiki’ reposan en el nicho familiar del Panteón Francés. Sus hijos han mantenido un bajo perfil, completamente alejado del gran público. Sus padres, eventualmente, murieron. Nadie ha podido explicar qué fue lo que sucedió con la muerte de esta mujer que sufrió tanto por amor, pero que queda como una figura clave en la historia de la cultura pop del siglo XX….

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